2. NUESTRA SEÑORA DEL PERPETUO SOCORRO
Respecto a las advocaciones de la Virgen, ha provocado muchas confusiones y hasta cierta incredulidad el que también se llame a la Virgen María bajo distintos nombres. Hay que aclarar y afirmar que la Virgen es única, sin embargo, en las apariciones que han ocurrido, Ella misma, por voluntad propia ha querido manifestar su deseo de llamarse en diferentes formas, así como en el caso de Guadalupe en México, etc. En otros casos para dejar testimonio del lugar en donde se ha manifestado la Virgen, se la llama con el nombre de la localidad en donde aconteció el hecho, como en el caso de Loreto, Lourdes, Fátima, etc.
Como para corroborar lo indicado al inicio de este capítulo, sólo en España existen miles de advocaciones.
La Virgen María bajo la advocación y el título de “la Madre de la Merced” o “Virgen Redentora”, también llamada “Redentora Misericordiosa”, se apareció portentosamente a San Pedro Nolasco la noche del 1 de agosto 1218 mientras se encontraba en oración, para decirle que funde una nueva “orden de liberadores”, que lleve el signo de su presencia en favor de los más necesitados, porque ella es la “Liberadora” por excelencia. El Santo le contesta:
“¿Quién eres tú, que a mí, un indigno siervo, le pides que realice obra tan difícil de tan gran caridad, que es grata a Dios y meritoria para mí?” La Virgen le responde: Yo soy María, aquella en cuyo vientre asumió la carne el Hijo de Dios, tomándola de mi sangre purísima, para reconciliación del género humano. Soy aquella a la que dijo Simeón cuando ofrecí a mi Hijo: Este está puesto para caída y elevación de muchos”.
San Pedro Nolasco absorto le dice:
“¡Oh Virgen María, madre de gracia, madre de misericordia! ¿Quién podrá creer que tú me mandas?”. La Virgen para calmarlo lo consuela con estas palabras: No dudes en nada, porque es voluntad de Dios que se funde una orden de este tipo en honor mío; será una orden cuyos hermanos y profesos, a imitación de mi hijo Jesucristo, estarán puestos para ruina y redención de muchos en Israel (es decir, entre los cristianos) y serán signo de contradicción para muchos”.
Esa misma noche para confirmar tan admirable prodigio la Virgen se le apareció al rey D. Jaime y al Canónigo D. Raimundo de Peñafort confesor del rey y de San Pedro Nolasco para que apoyasen la fundación de la nueva orden. Unidos los tres le comunicaron inmediatamente al Obispo lo acontecido, fijando la fecha de la institución de la Orden para el 10 de agosto de 1218, a nueve días de lo ocurrido.
Fundada la Orden, con el correr del tiempo la gente empezó a llamarlos “de la Merced” que significa hombres misericordiosos o compasivos dedicados a los más necesitados.
La Virgen bajo el título de “María, la Madre de la Merced o de la Gracia”, quiere manifestarse misericordiosamente a la humanidad en los actuales días. Ella por su intercesión desea liberar a todos los que viven sometidos a la esclavitud del pecado, y constituirse por mandato de su hijo en la gran “LIBERADORA UNIVERSAL DE TODOS LOS CAUTIVOS”.
Su fiesta aunque haya sido suprimida del calendario universal (Dios sabrá los motivos), se celebra el 24 de septiembre. Es la patrona de Barcelona-España y de otros países de América. Cabe recordar, que Cristóbal Colón en su segundo viaje al Nuevo Mundo, se hizo acompañar de dos sacerdotes mercedarios quienes fueron dispuestos a propagar y extender la devoción de la “Virgen de las Mercedes”.
Este bellísimo icono[1] de nuestra Madre la Virgen María con el Niño Jesús aparece pintada al temple en una tabla de cedro con marco de nogal, de 41,5 x 53 cm. Actualmente se venera en una pequeña iglesia del Santísimo Redentor en Roma, cercana a Santa María la Mayor.
Así está descrita:
“El cuadro es de una ternura extraordinaria; el niño asustado al ver a un ángel que sostiene la lanza y la caña con la esponja y a otro ángel con la cruz, que le anuncia su pasión y muerte, se refugia en su Madre agarrándose del pulgar de su mano. Como consecuencia del impacto de la escena, al Niño se le ha caído una sandalia. La Virgen que lo ha presagiado todo en su corazón nos muestra una mirada, la más humana, triste y tierna que hayamos podido apreciar”.
En 1866 fue retocada y se añadió una cruz al lado de la estrella que está en la frente de la Virgen. Al año siguiente fue coronada canónicamente imponiéndole las coronas de oro y piedras preciosas sobre la cabeza de la Virgen y del Niño. En la parte superior izquierda y al lado derecho de la imagen aparecen en total cinco letras griegas cuyo significado es el siguiente:
MrOY = MADRE DE DIOS
OrM = EL ARCÁNGEL MIGUEL
OrT = EL ARCÁNGEL GABRIEL
IC XC = JESÚS CRISTO
Inicialmente fue venerada en la Iglesia de San Mateo (regentada por los Agustinos) cerca de trescientos años hasta que en 1798 las tropas francesas arrasaron con el templo y la imagen desapareció yendo a parar en una lejana sacristía en donde estuvo guardada y empolvada durante 78 años. Un anciano fraile agustino llamado Fray Agustín Orsetti, conocía la tradición y el secreto de la imagen. Se lo confió a un niño monaguillo de la Iglesia:
“Miguelito, no lo olvides nunca, esta es la Madonna de San Mateo, era muy milagrosa, cierto, cierto, no lo olvides”.
Miguelito llegó a ser misionero Redentorista y por esos designios de Dios, los Padres Redentoristas compraron el mismo lugar en ruinas donde un siglo atrás había estado la Iglesia de San Mateo.
El gran Papa Pío IX que promulgó el dogma de la Inmaculada tenía una copia de su Imagen en su habitación, y la veneraba tanto que hasta la hizo poner en todas las dependencias de los zuavos pontificios.
Cuando regalaba una medalla siempre decía:
“Tenga devoción a la madre del perpetuo socorro, esta es la virgen que ha de salvar al mundo”.
El 26 de abril de 1866, el Papa Pío IX entregó al Superior General de los Redentoristas, el icono oriental de nuestra Señora del Perpetuo Socorro con estas palabras:
“DADLA A CONOCER POR TODO EL MUNDO”
Cuenta la leyenda que por voluntad de la Virgen quiso ser honrada entre Santa María la Mayor y San Juan de Letrán, justamente en el mismo lugar donde se encuentran hoy los Padres Redentoristas y la “sagrada imagen”.
Una antigua tablilla colgada junto a la Virgen de San Mateo contenía esta hermosa leyenda:
“En la Isla de Creta -Mar Mediterráneo- era muy venerado un hermoso cuadro de la Virgen María. Los Mahometanos, enemigos del cristianismo, asaltaron la isla y quemaron todas las iglesias. Un comerciante de tejidos, codicioso o devoto -no se sabe- arrebató la imagen preciosa del templo, salvándola de las llamas y escapó también él en el primer barco que partía para Roma. Tremenda tempestad los sobrecogió en la travesía y ya a punto de naufragar, acordados de Dios, sacaron la imagen, oraron con fervor. Milagrosamente, como en el lago de Genesareth, el mar se aquietó. Llegados a Roma, la Virgen María se dejó ver en persona por una niña que le dio un mensaje especial: “YO SOY LA MADRE DEL PERPETUO SOCORRO” -dijo- presentándose por el nombre que había escogido, es mi voluntad acampar entre la Santa María la Mayor y San Juan de Letrán”.
La Congregación salesiana debe a su fundador Don Bosco, la propagación y devoción de esta advocación con que la Virgen desea ser: venerada: “MARÍA AUXILIADORA DE LOS CRISTIANOS”. Ellos han elaborado un pequeño, pero significativo resumen de los principales acontecimientos de esta advocación que ha obrado grandes milagros:
Año 345: San Juan Crisóstomo, Arzobispo de Constantinopla dice en un sermón que en este tiempo los dos títulos que más se ven en los monumentos de la Sma. Virgen son: “Madre de Dios” y “AUXILIADORA de los que sufren”.
Año 535: San Sabas, obispo de Cesarea narra: la imagen más famosa de la Virgen que hay en su tiempo en Oriente es llamada “LA AUXILIADORA de los enfermos”, porque ahí ante esa imagen, ha curado Nuestra Señora a muchísimos enfermos. Y que la gente llama a la Virgen: “LA AUXILIADORA DE LOS QUE REZAN”.
Año 747: San Juan Damasceno propaga en Jerusalén esta jaculatoria o pequeña oración: MARÍA AUXILIADORA, rogad por nosotros”, y dice que Ella es AUXILIADORA porque nos trae Auxilios poderosos del cielo”.
Año 1030: En Ucrania, (Sur de Rusia) los creyentes proclaman que la Virgen es, “AUXILIADORA DE LOS CRISTIANOS”, porque los libró milagrosamente de la invasión de la temible tribu de los salvajes pequeneques. Y en acción de gracias decretan que cada año, el 1° de octubre será fiesta de María Auxiliadora en toda esa región.
1571: El Papa Pío V manda poner en las Letanías esta oración: “María Auxiliadora de los cristianos rogad por nosotros”, en acción de gracias porque en la Batalla de Lepanto, la Sma. Virgen concedió una maravillosa victoria a los católicos contra los enemigos de la religión.
1624: En Alemania los protestantes se apoderaron del norte del país. Entonces los católicos del sur de Alemania (Baviera) prometieron a la Madre de Dios que levantarían altares con el título de AUXILIADORA, si los libraba de caer bajo el poder del protestantismo. El grito de guerra de los católicos era: “María Hilf”, que significa “María Auxílianos”. Prodigiosamente resultaron victoriosos los católicos, y pronto levantaron más de 60 capillas a María Auxiliadora.
1683: Más de 50.000 mahometanos rodean a la ciudad católica de Viena para destruirla. Los católicos rezan a María Auxiliadora, y dirigidos por el gran devoto de María, Juan Sobiezki, derrotaron a los enemigos de la religión. En acción de gracias fundan la ASOCIACIÓN DE MARÍA AUXILIADORA, en la cual se inscribieron emperadores, cardenales, militares, sabios y mucha gente sencilla y comunidades enteras. La Asociación de María Auxiliadora existe en 1.200 colegios salesianos de 75 países.
1814: El Papa Pío VII estando preso en poder de Napoleón, promete a la Sma. Virgen que si lo liberta, declarará fiesta de María Auxiliadora el día en que logre llegar libre a Roma. Napoleón es derrotado inesperadamente y el Pontífice llega libre a Roma el 24 de mayo. Desde entonces queda decretado que la Fiesta de María Auxiliadora será el 24 de mayo de cada año.
1815: Es el primer año que se celebra en Roma la fiesta de María Auxiliadora, y en ese año, el 16 de agosto nace es ese mismo país San Juan Bosco el que va a propagar la devoción a María Auxiliadora por todo el mundo.
1862: San Juan Bosco narra que ha recibido este mensaje del cielo: que la Sma. Virgen desea ser honrada con el título de “AUXILIADORA DE LOS CRISTIANOS”.
1865 -1868: En tres años levanta San Juan Bosco el gran templo o Basílica a María Auxiliadora en Turín, Italia. Son tantos los milagros que la Madre de Dios va concediendo a los que ayudan para ese templo y la invocan con ese título, que Don Bosco exclama: “Cada ladrillo de este templo es un milagro de María Auxiliadora”.
1869: Publica San Juan Bosco un libro de solo milagros de María Auxiliadora.
1872: San Juan Bosco y Santa María Mazarello fundan la Comunidad de Hijas de María Auxiliadora, que vive extendiendo esta devoción en 1.300 colegios en 80 países.
1959: Juan XXIII al ser elegido Pontífice narra que desde muy pequeño ha tenido siempre junto a su cama un cuadro de María Auxiliadora y que Ella le ha ayudado prodigiosamente.
1965: El Concilio Vaticano (reunión de todos los Obispos católicos del mundo) declara que uno de los mejores títulos que se deben dar a la Virgen es el de “AUXILIADORA”.
Don Bosco el santo de los sueños, en 1845 soñó que contemplaba una espléndida iglesia, en el mismo sitio donde hoy se levanta el grandioso templo. Su edificación fue un milagro constante de María Auxiliadora: No existe un ladrillo que no sea señal de alguna gracia, decía continuamente el santo. Después de tres años de construcción, el 9 de junio de 1868 fue solemnemente consagrada por el arzobispo de Turín monseñor Alejandro Riccardi.
En el altar mayor del santuario, Don Bosco hizo colocar un majestuoso cuadro de María Auxiliadora ideado por él, obra del pintor Lorenzone. Así describe el santo el bellísimo cuadro: